¿Cuánta radiación soportamos los humanos?

Pese a que las radiaciones existieron incluso desde antes de que se formara el Planeta Tierra (el Sol es un ejemplo de estrella radiactiva), los avances tecnológicos sucedidos durante las últimas décadas potenciaron los niveles de radiación ya existentes, permitiendo que la misma conviva con los seres humanos y el resto de los seres vivos en cantidades significativas.

Contenido del artículo

¿Qué es la radiactividad?

La radioactividad es un fenómeno físico por el cual algunos elementos químicos (radioactivos) emiten radiaciones de diversas utilidades: impresión de placas radiográficas, atravesar cuerpos opacos o producir fluorescencia. El problema se inicia cuando los niveles de la misma son altos debido a la gran cantidad de dispositivos tecnológicos que la utilizan y, en el peor de los casos, cuando las radiaciones son emitidas en cantidades mortales (en algunos casos, producto de armas nucleares).

Quizás, el evento catastrófico más recordado, que acabó con la vida de aproximadamente 120. 000 personas, son los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki de 1945. Pero, en menor medida, los hospitales, por ejemplo, usan también dispositivos radiactivos para efectuar sus estudios e implementar tratamientos.

Niveles de radiación permitidos

Para las personas normales (que trabajan fuera de la industria radiactiva): 1 mSv (Unidades Sievert) por año, aunque ocasionalmente puede permitirse una dosis efectiva (acumulación de radiación) más elevado en un único año, siempre que no se sobrepasen 5 mSv en cinco años consecutivos.

La dosis permitida para alguien que trabaje con radiaciones ionizantes, en cambio, (por ejemplo, en una central nuclear o un centro médico), es de 100 mSv en 5 años, y no se pueden superar en ningún caso los 50 mSv en un mismo año.

La diferencia entre los niveles tolerados reside en el riesgo-beneficio que supone su utilización.

Para finalizar, la radiación se clasifica en zonas de colores, desde gris (radiación más leve) hasta roja (radiación dañiña).

  • Zona gris o azul: de 0, 0025 a 0, 0075 mSv/h.
  • Zona verde: de 0, 0075 a 0, 025 mSv/h.
  • Zona amarilla: de 0, 025 a 1 mSv/h.
  • Zona naranja: de 1 a 100 mSv/h.
  • Zona roja: más de 100 mSv/h.

¿Existe un nivel seguro de radiación al que podamos estar expuestos?

La respuesta, que ahora sabemos pero por años nos fue ocultada, es NINGUNO. La radiación natural que existe en el mundo ya se considera excesiva, causando la mayor parte de enfermedades que existen y han existido siempre (como, por ejemplo el cáncer).

Por lo tanto, cualquier aumento artificial, por pequeño que sea (aunque se trate de sólo un 10% más), es considerado maligno porque si el cuerpo apenas puede defenderse de la radiación natural, cualquier aumento que existiese va más allá de la capacidad de defensa. Es por eso que incluso la contaminación artificial en ínfimas proporciones resulta perjudicial.

En los últimos años, los niveles de radiactividad encontrados en diferentes países y en diferentes condiciones (tierra, agua y aire) son motivo de preocupación, aunque algunos gobiernos hagan la vista gorda.

Por ejemplo, tanto en Corea del Sur como en su vecino Japón, el miedo aumenta cuando hay más lluvia y vientos, pues dispersan las potenciales fugas radiactivas.

Otra muestra de negligencia gubernamental es el llamado "Desfile de los muertos” instado por el entonces gobierno comunista de Ucrania (manejado por la U. R. S. S.) el 1 de mayo de 1986 en el centro de Kiev, unos pocos días después del terrible accidente sucedido en Chernobyl.

¿Cuánta radiación soportamos los humanos?

Intentando a toda costa ocultar la gravedad de la situación, armas, tanques y militares desfilaron para impresionar a la población. El desfile se hizo conocido como "Desfile de los muertos" porque todos los que marcharon y los que asistieron al espectáculo fueron víctimas de una exposición nuclear tan grande que comprometieron su salud en niveles insólitos.

Tengamos en cuenta estos ejemplos, no nos dejemos engañar y no olvidemos que ningún nivel de radiación al que estemos expuestos es saludable; todo lo contrario, afecta terriblemente a nuestra integridad física.

Niveles máximos de exposición a la radiación

El límite más alto recomendado para la exposición a la radiación para los astronautas es de 25.000 milirems (el milirem es la unidad en la que se miden las dosis de radiación consumidas) por cada misión, principalmente de los rayos cósmicos.

Esta cantidad está bastante más allá de la media de 300 milirems que recibe una persona por año por fuentes naturales de radiación o cualquier tipo de radiación médica.

25.000 milirems anuales fue el límite federal de exposición durante la Segunda Guerra Mundial y hasta alrededor de 1950 para trabajadores de la radiación y soldados expuestos a la radiación. El límite de trabajo se convirtió en 15.000 milirems por año alrededor de 1950. En 1957, el límite de trabajo se redujo a un máximo de 5.000 milirems por año.

La exposición media en los Estados Unidos, a partir de fuentes naturales de radiación (principalmente radiación cósmica y radón), se encuentra a 300 milirems por año a nivel del mar. Este número es ligeramente más alto en los terrenos elevados.

Todos estos límites son para la cantidad de exposición a la radiación, además de la radiación de fondo y la radiación médica. El límite federal actual de la exposición al año para un adulto (el límite para un trabajador que usa radiación) es tan bajo como sea razonablemente posible, pero no debería exceder los 5. 000 milirems sobre la media de 300 milirems proveniente de fuentes naturales o médicas.

Las personas que trabajan expuestas a la radiación llevan distintivos de película fotográfica que indican la cantidad de la exposición. Las lecturas típicamente se toman de forma mensual. Un comité asesor federal recomienda que la exposición de por vida se limitará a la edad de una persona, multiplicado por 1. 000 milirems (ejemplo: para una persona de 65 años de edad, 65. 000 milirems).

La exposición máxima permisible para una persona menor de 18 años que trabaja con radiación es una décima parte del límite de adulto o que no exceda de 500 milirems por año por encima de los 300 milirems de fuentes naturales, además de la radiación médica.

Esto fue establecido en 1957 y revisado en 1990. Mientras que para los neonatos, las nuevas regulaciones federales establecen un límite de exposición para una mujer embarazada expuesta a la radiación en el trabajo en 500 milirems, con una recomendación de que la exposición de un feto sea no más de 50 milirems al mes.

Contaminación radiactiva, consejos a tener en cuenta

Comience quitando cuidadosamente toda la ropa de la persona contaminada, empezando desde la cabeza a los pies. Prescindir de los zapatos y la ropa puede reducir la contaminación hasta en un 90%.

Coloque todos los efectos personales y/o bienes del afectado en un único contenedor cerrado herméticamente y rotulado.

Contaminación radiactiva, consejos a tener en cuenta

Separar el contendedor del alcance de otras personas.

Realizar una medición de radiación cuerpo completo.

Marcar en la piel del contaminado, con marcador de punta de fieltro, las áreas donde se haya encontrado alto nivel de contaminación según la medición.

Actualizar la medición corporal después de cada ciclo de descontaminación, realizar mínimamente 2 ciclos enteros.
Llevar a cabo la descontaminación en el siguiente orden:

1) Cuerpo entero.

2) Metrallas que hayan podido impactar y quedar dentro del cuerpo.

3) Heridas abiertas.

4) Cavidades de entrada del cuerpo: nariz, boca, orejas.

5) Espacios donde la medición de radiación haya dado más alto.

El objetivo de la descontaminación de cuerpo entero es disminuir la contaminación externa a un nivel de no más de 2 veces del nivel de radiación mínimo aceptable.

Use agua tibia para la descontaminación.

Evitar el agua fría, ya que tiende a cerrar los poros de la piel, atrapando la contaminación radiactiva en la dermis.

Evitar el agua caliente, ya que tiende a mejorar la absorción de material radiactivo a través de la vasodilatación y el aumento del flujo sanguíneo en la piel.

Añadir un jabón suave (pH neutro) al agua para emulsionar y disolver la contaminación.

No realizar más de 2 veces la recontaminación de cuerpo entero, ya que los intentos de descontaminación vigorosa pueden resultar en la pérdida de la barrera de la piel intacta normal y traer aparejado un mayor riesgo de contaminación interna.

Cubrir las áreas de contaminación por radiación residual con apósitos o telas impermeables con el fin de limitar la propagación de la contaminación a otras partes del cuerpo, entorno inmediato y otras personas.

Tener en cuenta que algún porcentaje de la radiactividad puede quedar atrapada en la capa más externa de la piel (estrato córneo) y permanecerá allí hasta que se produce la descamación normal (12-15 días después).

Problemas de salud por la exposición a la radiación

La radiación es la transmisión de energía a través de ondas electromagnéticas (rayos UV, rayos X, etc) o partículas subatómicas (partículas más pequeñas que el átomo, como los neutrones).

Hay distintos tipos de radiación: electromagnética, ionizante, térmica, de Cherenkov, corpuscular, solar, nuclear, de cuerpo negro, no ionizante y cósmica.

A diario estamos expuestos a la radiación no ionizante al usar teléfonos móviles, ver televisión, escuchar la radio o usar el horno microondas.

Los efectos en el ser humano por la exposición a la radiación dependen de la intensidad y de la zona del cuerpo en la que se produjo. Determinada dosis puede causar ningún efecto, pero dosis altas pueden significar hasta la muerte.

La radiación no ionizante, con la que convivimos a diario, no suele causar daños a los tejidos. Mientras que la ionizante, proveniente de rayos X, Gamma o el bombardeo de partículas (neutrones, electrones, protones, etc.), muy usados en estudios de alta complejidad o tratamientos médicos, sí pueden ser perjudiciales si fueron usadas en exceso sobre el cuerpo humano.

La exposición crónica, pequeñas exposiciones a lo largo de mucho tiempo, puede provocar cáncer o envejecimiento prematuro.

Los síntomas pueden aparecer, depende de la dosis de exposición, en cuestión de horas, semanas o hasta meses después.

La médula ósea y el sistema digestivo es lo primero que se resiente, ya que son partes sumamente sensibles a la radiación.

Los bebés dentro del útero de la madre pueden sufrir serias lesiones o malformaciones.

Otros síntomas que se presentan en el cuerpo pueden ser: hemorragias (por la nariz, boca, encías y recto), sangre en las heces, hematomas, confusión, diarrea, deshidratación, desmayos, fatiga, fiebre, pérdida de cabello, inflamación de zonas expuestas (enrojecimiento, sensibilidad, hinchazón, sangrado), úlceras bucales, náuseas y vómitos, úlceras abiertas en la piel, quemaduras de la piel (enrojecimiento, ampollas), muda de piel, ulceración del esófago, estómago o intestinos, vómitos con sangre o debilidad.

Si alguien sufrió de exposición, la ayuda que pueda suministrársele es baja o nula si quien lo atienda no utiliza un traje NBQ (antiradiación). La persona debe ser descontaminada previamente para que no cause complicaciones a otras personas.

Cómo prevenirse de las radiaciones

Para poder hablar de prevención hay que tomar noción de la magnitud del peligro que representan las radiaciones. Por eso, nos tomamos el deber de recordarle que las partículas subatómicas emitidas durante la descomposición radiactiva son dañinas debido a los rayos gamma, partículas alfa, electrones y neutrones que salen disparados a todos lados. Cuando atraviesan el cuerpo humano, provocan alteraciones celulares, generando estragos en la salud de la persona afectada.

Los siguientes consejos le serán de ayuda para protegerse y cuidar a quienes le rodean

1. Alejarse de las fuentes de radiación.

Cuanto mayor es la distancia que se mantiene respecto del producto o sustancia radioactiva, mucho menor es la intensidad con la que las radiaciones afectan al cuerpo. Por eso, se sugiere mantener distancia del microondas y de otros aparatos tecnológicos que emiten radiaciones en altos niveles.

Cómo prevenirse de las radiaciones

2. Estar poco tiempo en contacto con la radiación.

De ser inevitable, el tiempo que se expone a la radiación debe ser lo más breve posible. Por eso, se sugiere, por ejemplo, no excederse con las horas de exposición al Sol, debido la cantidad de rayos UV (Ultravioletas) que emite y atraviesan la piel.

3. Consumir (KI) yoduro de potasio, ante emergencias.

Ingerir yoduro de potasio inmediatamente después de una alta exposición a la radiación reduce las probabilidades de sufrir un cáncer de tiroides. Esto se hace, por ejemplo, cuando se produce un accidente radiactivo en una central nuclear.

4. Usar material para revestir la fuente de radiación.

Los blindajes tienen mayor o menor eficacia, dependiendo del corte transversal del material, para dispersar y amortiguar la radiación. Por ejemplo, en las habitaciones donde se realizan radiografías, por el alto nivel radioactivo de las máquinas con las que se las realizan, se incorpora Sulfato de Bario en el yeso de las paredes, para amortiguar un poco los efectos.

5. Apagar los artefactos en desuso.

Los aparatos tecnológicos en general, incluidos los celulares, emiten radiaciones en menor o mayor medida. Si bien es dificil de aceptar la idea de separarse de los teléfonos inalámbricos, por una cuestión ética se alerta sobre sus emisiones radiactivas.

  1. juan carlos coda dice:

    asi es

  2. norman dice:

    Bien dependiendo de donde se mire y en que pais, esos niveles cambian, todo depende del humor que tenga el sistema judicial en el pais cuando se redactó. lo que quiere decir que no hay que fiarse en absoluto, la informacion de esta pagina es bastante buena y se ajusta de forma clara a la realidad

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