Los grandes depredadores en peligro

Por sorpredente que pueda parecer, la extinción de las especies llega a lo más alto de la pirámide trófica. En un reciente estudio, la revista BioScience ponía el acento sobre el descenso en el número de los depredadores primarios de todo el mundo, lo que significa forzosamente el aumento exponencial del número de los predadores secundarios. En gran parte, el recorte a escala mundial de los depredadores primarios responde a la acción del hombre, que de esta manera dispara las poblaciones de los especies que ocupan el segundo escalafón de la pirámide animal. Esto tiene graves consecuencias en el sentido de que los depredadores secundarios, al ser omnívoros, representan un peligro mayor para más cantidad de especies, a la vez que burlan con más facilidad los dispositivos artificiales de control de la población.

Los intentos del hombre por aplacar el movimiento de lobos, tiburones, tigres o pumas significa la multiplicación de hienas, coyotes, rayas o zorros, que al reproducirse en mayor número exigen un sobresfuerzo por lo que se refiere al control poblacional.

Los meso-depredadores están extendiéndose por el mundo entero en prejuicio de los grandes carnívoros, lo que implica una alteración en el equilibrio de los ecosistemas tanto florales como faunísticos. Visto lo cual, se impone la necesidad de acabar con las esquilmaciones de grandes depredadores y regular de modo estricto las batidas de caza organizada.