Meloncillo, especie bioindicadora del cambio climático en España

El cambio climático y, por extensión, la crisis ecológica, ambiental y de sobreexplotación de recursos es la amenaza más grave a la que se enfrenta el ser humano en los próximos años. Aunque es términos generales, la opinión global ha aceptado ya de manera casi absoluta la gravedad del cambio climático y la participación importante del ser humano como agente que potencia este problema global, la preocupación principal radica en las posibles soluciones que tienen que presentar los países en los próximos años para no agravar la actual crisis ambiental. En este artículo abordaremos dichas cuestiones y os contaremos cómo un animal, en este caso el meloncillo, es una especie bioindicadora del cambio climático en España.

Contenido del artículo

Cumbre del Clima de París, un acuerdo esperanzador pero insuficiente

El pasado mes de diciembre tuvo lugar en París la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Desde hace años había puestas muchas esperanzas en esta cita, puesto que de París tendrían que salir las medidas para comenzar a acabar con el problema del cambio climático. Como todos sabemos, la Cumbre de París generó una atención mediática enorme. La mayoría de líderes mundiales se reunieron durante esas dos semanas y trataron de llegar a acuerdos aceptables por todas las partes. También estuvieron presentes en la cita muchas de las empresas que, de algún modo u otro, participan en la crisis climática con su actividad industrial (eléctricas, energéticas, empresas de automoción, grandes constructoras, empresas de ingeniería civil, etc.).

El resultado final fue, según afirmaron importantes agrupaciones ecologistas y de defensa de los recursos naturales, esperanzador pero insuficiente. Todos los colectivos estuvieron de acuerdo en indicar que el hecho de que los países se comprometieran a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos años y que se aprobara un Fondo Verde para ayudar a los países más afectados por el cambio climático ya supone un gran avance, aunque desde las organizaciones ecologistas lamentaron que no se aplicaran medidas restrictivas y que los compromisos no fueran vinculantes.

El cambio climático en España

España es uno de esos países a nivel europeo que a medio plazo va a sufrir más las consecuencias del cambio climático. Los principales fenómenos que se producen con esta alteración del clima son tres: calentamiento global, aumento del nivel del mar y aumento de los fenómenos climáticos extremos. Aunque ninguno de ellos afecta de manera rotunda a España, el cambio climático sí tiene importantes consecuencias a nivel económico en nuestro país. España es un país con una industria alimentaria muy potente. El sector agrícola, la ganadería y la pesca suponen un porcentaje importante del PIB del país.

Es particularmente el aumento de los fenómenos climáticos lo que más está afectando a estas industrias, ya que la ausencia de precipitaciones, el hecho de que las precipitaciones sean cada vez más torrenciales y no lluvias suaves o el ascenso medio de la temperatura están provocando pérdidas millonarias en cosechas (aceite, frutas, hortalizas, etc.). Por otra parte, el aumento de la temperatura del nivel del mar está provocando que las especies de pesca abandonen sus zonas de hábitat natural, y esto está afectando a las capturas. Unido ya al importante problema de la sobrepesca, se traduce esto en menor número de capturas y un encarecimiento de los productos del mar.

Especies bioindicadoras, qué son

Las especies bioindicadoras son organismos que emplean o son tomados como referencia para detectar cambios en la calidad del hábitat, alteraciones en el ecosistema o la cantidad de contaminantes y elementos tóxicos. El principal punto en común de las especies bioindicadoras es que son especies altamente sensibles a las variaciones de calidad de su entorno, por eso se toman como referencia para observar los cambios a nivel ambiental y ecológico.

El meloncillo y cambio climático en España
Meloncillo

Una de las especies bioindicadoras más conocidas es la nutria. Se considera un bioindicador del estado de calidad de las aguas de los ríos, ya que abandonan rápidamente las masas de agua donde la calidad de las mismas comienza a empobrecerse.Actualmente, la presencia de nutrias en el curso de un río se considera un indicador inequívoco de la calidad de sus aguas. Hay otras muchas especies que actúan como tal: líquenes, praderas de Posidonia oceánica, mariposas diurnas o las esponjas marinas son algunas de ellas.

El meloncillo como indicador del cambio climático en España

El meloncillo, o mangosta común o egipcia (Herpestes ichneumon) es un mamífero carnívoro perteneciente a la familia de las mangostas, los herpéstidos.Su peso ronda los tres kilos, algo menor en las hembras.Se trata de la especie de mamífero carnívoro con hábitos más diurnos de España y se alimenta de conejos, pequeños mamíferos, aves, insectos y reptiles entre otros.

El meloncillo es la única especie de su familia que habita en Europa, y es importante destacar este hecho. Su hábitat se extiende desde el sur del Sáhara y el Valle del Nilo hasta prácticamente el sur de África. Pero también está presente en la Península Ibérica, al sur de España y Portugal. Se cree que el meloncillo llegó a la Península Ibérica en el S.VII antes de Cristo, cuando los barcos comenzaron a cruzar de manera periódica el Estrecho de Gibraltar, junto con la gineta, la tortuga mora y el camaleón.

El meloncillo y cambio climático en España
Meloncillo

Los expertos están comenzando a considerar al meloncillo como una especie bioindicadora del cambio climático, ya que hasta hace 20 años su hábitat en España se limitaba a la mitad oeste de Andalucía, la provincia de Badajoz y el sur de la provincia de Ciudad Real. Pero ya en 2006 se confirmó la presencia de la primera reproducción de esta especie en la Comunidad de Madrid y en los últimos años está también presente en el norte peninsular (Salamanca, Valladolid, León) y en el este (Albacete).

Aunque los motivos de la expansión del meloncillo pueden ser múltiples, la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) confirma que, para el periodo comprendido entre 1980-2006, la serie de temperaturas medias muestra una tendencia creciente de 3.7ºC cada 100 años, y que los cinco años con la temperatura media más elevada (2006, 1995, 1997, 2003 y 1989) coincidieron con el período de expansión del meloncillo.

Parece evidente, por tanto, que la presencia del meloncillo está condicionada de manera determinante por las condiciones climáticas imperantes, ya que se ha desplazado hacia el norte conforme el clima se ha ido haciendo más caluroso y más similar al que domina en el norte de África o el sur peninsular.

Fuente de la imagen: Sonymage

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acepto la Política de privacidad

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Subir