La delgada línea verde entre las dos coreas
Después de que el ejército estadounidense se retirara de la península de Corea allá por 1953, las dos coreas firmaron un armisticio que ha supuesto una ruptura de las relaciones bilaterales entre los dos países, los comunistas de Corea del Norte y los demócratas de Corea del Sur. Desde entoces, existe en la frontera entre ambas naciones una franja desmilitarizada que va de costa a costa, del mar Amarillo al Océano Pacífico. En esta delgada línea verde, gracias a la ausencia de actividad y presencia humanas, se ha desarrollado un rico ecosistema que vive de forma absolutamente saslvaje.
Estamos hablando del paralelo 38, hoy por hoy, una de las más ricas reservas de flora y fauna a escala mundial. Paradójicamente, lo peor que le podría pasar a dicho ecosistema es que las dos naciones enfrentadas firmen la paz de manera que se permita el libre tránsito a través de la zona hoy deshabitada, una zona en la que los expertos calculan que viven unas 2.700 especies animales y vegetales.
Son 248 kilómetros de longitud en los que ningún ser humano ha puesto un pie en los últimos seis decenios. El Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP) cree que en esta franja subisten ejemplares del leopardo del Amur, una especie en peligro de extinción; y otras especies en no mejor situación, como el ciervo de agua chino o la grulla de coronilla roja.
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