Navidad y Ecología
La Navidad y el cambio de año son fechas caracterizadas por el exceso pantagruélico: gastamos y consumimos más que en cualquier otra época del año. Estas fiestas acrecentan nuestra generosidad en todos los sentidos; y eso hace que a veces no miremos por el ahorro y la moderación como es debido. Sabemos que en navidades el derroche energético sube de punto, el consumo de alimentos excede toda medida y, como consecuencia de ello, la acumulación de residuos se dispara.
Por todo ello, desaconsejamos comprar un árbol de Navidad para arrojarlo a la basura una vez pasadas las fiestas. Lo suyo es adquirir un árbol plástico de imitación reutilizable año tras año, o bien contentarnos con la rama de un pino natural.
En este aspecto, también es aconsejable comprar muérdago o acebo expresamente cultivados para su venta al público, de modo que no se produzca una recolección excesiva de estas plantas silvestres con motivo de la Navidad.
De igual modo, hay que reducir el consumo energético de las luminarias navideñas utilizando bombillas de bajo consumo o luces led para decoración, y limitando en todos los casos el número de horas del encendido eléctrico.
En estas fechas en las que generamos tanta basura, debemos poner más atención en la clasificación selectiva de los tipos de deshechos: embalajes, plásticos, adornos, vidrios, restos de comida, que deben ir a sus contenedores respectivos.
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