Caballitos de mar, ¿serías capaz de morir de amor como ellos?
Los caballitos de mar, también conocidos como hipocampos de forma científica, son una especie que elige a una pareja para toda la vida. Una vez que ésta muere, el otro integrante de la pareja tarda poco tiempo en fenecer. Para ellos es imposible vivir el uno sin el otro. Se calcula que existen alrededor de 32 tipos diferentes en todo el planeta (ya le dedicamos un artículo a una de ellas, en concreto al caballito de mar de Knysna). Son capaces de cambiar de color o incluso pueden variar en su desarrollo, tamaño y forma dependiendo del hábitat en el que se encuentren. La localización geográfica de los caballlitos de mar puede variar, como su edad y la temperatura del medio en el que viven.
Como decíamos en el anterior párrafo, los caballitos de mar poseen una característica extremadamente peculiar: el "romanticismo" (algo que no varía durante toda su existencia). Por ello, existen leyendas sobre el amor incondicional que los caballitos de mar le ofrecen a sus parejas. Estos animales están acostumbrados a mantener una relación monógama muy estricta, llena de caricias y abrazos. Así, realizan un baile delicado y sincronizado con una duración promedio de 8 horas por día con el propósito de que su pareja pueda ensayar la fase siguiente de la concepción.
El apareamiento de los caballitos de mar
Tienen un estilo de reproducción bastante extraño, buscando una sola pareja para toda su vida y en donde el ritual de apareamiento empieza a través del cortejo. Para ello, el macho danza alrededor de la hembra haciendo un sonido particular con su cráneo y su pareja se esconde por lo corales, donde cambia de color. Ambos se sujetan las colas. A continuación, empiezan a flotar con sus colas entrelazadas. Después de eso, la hembra se estira para apuntar su cola hacia abajo y su nariz hasta la superficie, mientras el macho retrae la cola empezando a succionar y luego bombear agua a través de la bolsa que tiene en su vientre. Seguidamente, ambos unen sus vientres.
En este punto, la pareja de caballitos de mar logra engancharse, colocando la hembra su órgano desovador dentro de la bolsa del macho. A través de este tubo saldrán los huevos, que se depositarán dentro de la bolsa. En ese momento es cuando se libera todo el esperma que sirve para fecundarlos.
El día siguiente después del comienzo del embarazo, la hembra va a reunirse para realizar los primeros pasos del ritual de apareamiento. Esto los lleva a cambiar de color, entrelazar sus colas y danzar. Al final de este tipo de saludo diario, la hembra se aparta del macho durante el resto del día, regresando la mañana siguiente, donde repite el mismo ritual.
Los caballitos de mar tienen un proceso de reproducción admirable, serio y comprometido. A pesar de ser una especie con menor evolución que la del hombre, se podría decir que lo realizan mejor que nosotros. Este es otro caso donde la naturaleza nos enseña lecciones de vida, lecciones de cómo vivir felizmente con la pareja que se elige y nunca abandonarla.
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