El anfibio más venenoso del mundo
Dentro de la inmensidad del planeta en el que habitamos los seres humanos podemos encontrar una gran variedad de animales que, de alguna manera u otra, suponen una importante amenaza para la vida. Por una parte podemos encontrar animales salvajes que por su instinto de cazadores y forzados a situaciones límite, son capaces de atacar y sesgar la vida a un hombre, de la misma manera que sucede con animales que por su toxicidad y con tan solo unos pequeños miligramos de su veneno pueden matarnos en cuestión de segundos.
Es de esta manera como la naturaleza muestra todo su poder así como todas las capacidades que esta posee, donde la adaptación y la lucha por la supervivencia suponen uno de los aspectos más importantes que podemos encontrar para la continuidad de la vida.
Hoy queremos dedicar este artículo a uno de los anfibios más venenosos que podemos encontrar a lo largo y ancho de el globo, una pequeña rana venenosa a la que conocemos bajo la denominación de dendrobátidos.
Dendrobátidos, las ranas más letales del planeta
Los dendrobátidos pertenecen a una familia de anfibios anuros, a las cuales conocemos por la denominación de ranas venenosas de dardo, o ranas de punta de flecha. Esta especie de ranas habitan a lo largo de Centroamérica y América del Sud, de donde son una especie endémica. Dentro de la familia de los dendrobátidos podemos encontrar más de un total de 180 diferentes especies, las cuales se encuentran relaciones también con la familia de los Aromobatidae, las cuales en conjunto forman al supergrupo de los Dendrobatoidea.
Estas ranas destacan por tener de manera habitual una piel de tonalidades brillantes con colores saturados y muy llamativos, con una coloración del tipo aposemática. Dentro de esta variedad de colores encontramos un abanico que varía desde el naranja más claro, pasando por el negro, el amarillo y el rojo.
Sus tamaños también son muy variados entre las diferentes especies de rana dardo, donde podemos encontrar desde ejemplares de tamaños que varían entre uno y seis centímetros de longitud, en los cuales cumple un papel fundamental tanto la edad como la especie a la que pertenezca la rana.
Este tipo de ranas altamente venenosas son capaces de habitar en tipos de ecosistemas muy diversos, por lo que tenemos posibilidades de encontrarlas tanto en bosques de nubes, como en selvas tropicales, bosques andinos, y zonas de ribera; Lugares que poseen un rango altitudinal que va de los 300 a los 2000 metros de altitud.
Si nos aventuramos en una selva tropical de día, podemos encontrar con cierta facilidad ranas dardo, y es que a través de sus costumbres completamente diurnas podemos verlas con mucha facilidad; Algo a lo que sus colores vivos y llamativos nos ayudará.
Su dieta está basada en la caza de pequeños insectos y artrópodos como por ejemplo hormigas, termitas, escarabajos, ácaros, etcétera, aunque cabe mencionar que las costumbres alimenticias tienen a variar mucho entre las diferentes especies de ranas dardo.
Dentro de este grupo de ranas dardo destacamos por su toxicidad a la especie de las Phyllobates terribilis, quienes son, con diferencia, una de las ranas más venenosas que podemos encontrar a lo largo de todo el planeta.
Esta alto nivel de toxicidad es debido a la gran cantidad de elementos alcaloides venenosos que podemos encontrar directamente en la superficie de la piel de muchas especies de ranas dardo, ya que la gran mayoría de esta familia de ranas poseen directamente sobre la superficie de la piel una gran cantidad de defensas químicas que al entrar en contacto con otros seres vivos, desencadenan la muerte.
En el caso de la más peligrosa de todas, la rana Phyllobates terribilis, encontramos sobre su piel la toxina batraciotoxina, la cual penetra en el cuerpo de la rana gracias a su dieta, tras la ingestión de escarabajos de la familia de los Melyridae, los cuales le ayudan a sintetizar este tipo de compuesto, acumulando la toxina directamente sobre la superficie de su piel.
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