Un iceberg a la deriva
Un iceberg de 140 kilómetros cuadrados navega sim rumbo acercándose al sur de Australia. El suceso es tan poco común que los científicos han llegado a bautizar al pedazo de casquete polar como "B17B". Al parecer, este iceberg se había desgajado hace diez años de uno aun mayor situado en la meseta del Mar de Ross, pero no se hizo a la mar hasta hace unos días.
Desde la banquisa antártica, el iceberg ha tomado la dirección de las costas meridionales australianas. Las dimensiones del iceberg, de una longitud de 19 kilómetros y una anchura de 8 kilómetros, suponen un auténtico escollo desde el punto de vista del tráfico marítimo de la zona.
De hecho, la creciente asiduidad de la fragmentación que sufre el hielo polar viene convirtiendo las aguas del sur de Australia en un auténtico riesgo para los barcos que pasan de un oceáno a otro.
Según predijeron los científicos, sucede que el iceberg ha ido deshaciéndose en su camino hacia el continente oceánico, tanto que la masa de hielo se ha reducido en un 30% de lo que fue en un principio, siendo así que el proceso disolutivo seguirá su curso hasta que no quede ni rastro.
Con todo, la disolución del iceberg entraña un peligro más grave si cabe para los barcos, que después de lo sucedido deberán sortear los numerosos fragmentos desprendidos del iceberg.
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