Decepción en la Cumbre del Cambio Climático
Otra oportunidad perdida, esa es la sensación generalizada que dejan todos los testimonios referentes al acuerdo alcanzado en esta Cumbre del Cambio Climático. Todas las voces coinciden en señalar que los dirigentes han querido dar carpetazo a sus negociaciones con un arreglo que no tiene más fin que salvar las apariencias. Se trata de un acuerdo definido como una solución de emergencia incapaz de ocultar el egoísmo desplegado por los grandes líderes mundiales a lo largo del encuentro.
La decepción es unánime, unánime y profunda porque las disposiciones se han concretado tarde y mal, a última hora del último día y solamente firmadas por EEUU, China, India, Brasil, Suráfrica y la Unión Europea.
Por si eso fuera poco, el pacto, una raquítica declaración de intenciones, se limita a postergar la adopción de medidas reales. Más parece un aplazamiento del compromiso que un paso adelante en la lucha contra el cambio climático.
El acuerdo, que ni siquiera es vinculante, propone que se informe de cuáles van a ser los recortes de emisiones contaminantes para el 2010; a la vez que se forma un fondo común para financiar la adaptación de los países en desarrollo. La idea, vaga y borrosa, es impedir lo antes posible que la temperatura ascienda por encima de los dos grados centígrados. En fin, todo un wishful thinking.
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