El desierto avanza en Oriente Próximo
El Foro Árabe por el Medio Ambiente y el Desarrollo viene de publicar un informe que alerta sobre la desertificación que está azotando las regiones de Oriente Próximo, unas de las más sensibles al cambio climático en todo el planeta. El aumento de las temperaturas y las sequías son ya hechos fehacientes en países como Egipto, Irak, Jordania, Israel o el Líbano. La carencia de agua, ya inminente, afectará a los habitantes, turistas y agricultores de estas tierras, y se calcula que de aquí a 80 años todos estos países dejarán de tener suelo fértil.
Por todo ello, se impone la necesidad acuciante de formalizar programas de agricultura sostenible en la zona. Urge también optimizar los recursos naturales disponibles de tal forma que se plante cara al avance implacable del desierto, un fenómeno que trae consigo movimientos migratorios de la población con los consecuentes conflictos sociales. Los gobiernos deben tomar conciencia del peligro y regular el consumo del agua y la energía a la vez que penalizan su uso descontrolado, algo que no sucede en el presente.
De hecho, los acuíferos han sido en gran parte sobreexplotados, lo que convierte a la desalinización del agua marina en una de las ya escasas soluciones al problema, que viene agravado por la edificación de las llamadas islas artificiales en esta parte del mundo. Es el caso de Dubai, Qatar o Kuwait, cuyo impacto medioambiental aún no ha sido calibrado en su justa medida.
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